Según informa el diario Libération, la propuesta, incluida en un informe del Gobierno francés, es el último desafío en contra de la gratuidad de los contenidos on-line.
El objetivo es la aprobación de un impuesto que se aplicaría sobre los ingresos fiscales de las empresas de Internet que tengan su sede en Europa y a las que se acceda desde proveedores ubicados en territorio francés. Por poner algunos ejemplos, entre las empresas damnificadas estarían Google (con sede en Irlanda), MSN o Yahoo!.
Detrás de esta propuesta -el informe Zelnik- se encuentra un ex ministro de Cultura.