En su lucha por dominar el mercado mundial de los videojuegos, un jugoso caramelo de más de 41.000 millones de euros anuales, Nintendo, Microsoft y Sony han llegado a las manos. Y en esta industria, quien golpea primero, golpea dos veces. Sony aprendió esta lección en 2007, cuando fue la última en lanzar al mercado su consola de tercera generación. Tres años después, lastrada aún por ese retraso, PlayStation 3 continúa vendiendo menos unidades que Nintendo Wii o Xbox 360. Sin embargo, la empresa de Tokio acaba de contraatacar con PlayStation Move, su novedoso sistema de control de movimiento, presentado ayer en el marco de la feria Game Developers Conference de San Francisco (EEUU). Sony quiere convertir la PlayStation 3 en imprescindible en cualquier hogar y, gracias a Move, puede conseguirlo y ganar la denominada Guerra de las Consolas.