De Auckland a Los Ángeles, pasando por tiendas de Japón y Singapur (mucho menos en Europa) la gente guardó cola toda la noche para recoger alguna de las tabletas iPad antes de que se acabara el stock. Se está convirtiendo en una tradición. Cada vez que Apple saca un nuevo producto a la calle, centenares de jóvenes y no tan jóvenes aguardan largas horas a la espera del tan “ansiado objeto”. Lo inaudito en esta ocasión es que viene precedida de la unanimidad de la crítica, donde se aprecia por igual la resolución de su pantalla y la duración de la batería.
Hoy era el día, a las ocho de la mañana en Estados Unidos (las 13.00 hora peninsular española), la empresa que fundó Steve Jobs sacaba a la venta su nuevo iPad. “Cuando murió Jobs mucha gente esperaba que el iPhone 4S fuera una revolución y no fue así. Pero creo que con el iPad, Apple lo ha vuelto a conseguir”, explica Andrey Ivanov, danés y que lleva en la puerta desde las cuatro de la mañana, sin dormir, «pero la conversación entre los que estábamos aquí ha merecido la pena”.
Kaide Awosike ha sido la primera en la cola en esta tienda estadounidense. Esta joven afroamericana de 18 años ha esperado desde las 17.00 del jueves para comprar su nueva tableta. “He estado aquí sola todo el rato. Era importante para mi. Adoro todo lo que hace Apple”, dice cubierta con una bufanda que le tapa la cara y sentada en una silla, «mi mejor compañera esta noche», según sus propias palabras. Dentro del establecimiento, unos 30 trabajadores reciben las instrucciones que deben seguir cuando se abra la tienda.
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