El grupo de trabajo de la Comisión Europea encargado de velar por la protección de la privacidad de los ciudadanos envió el pasado 11 de febrero una carta a Google en la que expresa su preocupación por el tiempo que almacena las imágenes fotográficas que usa en su servicio de mapas Street View y le recomienda que avise con antelación a los vecinos que retratan sus cámaras.
Street View es un producto de Google que, desde 2007, ofrece, superpuestas a sus mapas, imágenes de carreteras y calles de ciudades en 29 países del mundo. Normalmente difumina las caras de las personas y en su página web ofrece la posibilidad a los internautas de que pidan la retirada de imágenes que les afecten.
La Comisión pide en su carta a Google que guarde las fotos originales, en las que todavía no ha difuminado las caras de los transeúntes, sólo seis meses, y no 12, como hace ahora. También pide que trate de evitar la toma de imágenes «sensibles, y que contengan detalles íntimos».
Google asegura que, por norma, publica la información al respecto en su página web. Además, en un comunicado enviado a la agencia Bloomberg, el abogado y jefe de la oficina de privacidad de Google, Peter Fleischer, dijo que «guardar las imágenes originales es legítimo y está justificado para garantizar la calidad y la fiabilidad de los mapas y para rectificar los errores que se den en el proceso de difuminado».