Hasta los diarios norteamericanos se hacen eco una información publicada en primera instancia en El País y que se ha extendido por todo Internet: el accidente de avión que hace dos años acabó con la vida de 154 personas podría haber tenido su origen en un malware.
El ordenador central de Spanair no funcionaba correctamente por una infección de software malicioso, concretamente un troyano, cuando el avión se estrelló nada más despegar del aeropuerto de Barajas.
Según han explicado los técnicos, debe saltar un aviso cuando se producen tres problemas técnicos similares, un aviso que no se produjo por culpa de un virus troyano, que no sólo puede generar problemas, sino que además puede permitir ataques externos.
Parece ser que la víspera del accidente, el 19 de agosto, el avión registró dos fallos, y un tercero el mismo día 20. Cuando los mecánicos trataron de acceder al ordenador para anotar las incidencias, se dieron cuenta de que el monitor estaba inservible por la invasión de los troyanos.